Se ha demostrado en estudios científicos que la manzanilla resulta ser una planta con numerosos beneficios para nuestra salud y el tratamiento de diversos padecimientos o enfermedades desde tiempos muy antiguos no ha dejado de ser el té de la abuela para toda ocasión, después de un susto o un dolor de estómago, pues he aquí un poco de su ciencia tras ser ingerido y su efecto en nuestro cuerpo.
Esta avena con pepitas de manzanilla no es una excepción, elevando el alimento básico del desayuno a un tratamiento que induce al Zen. La manzanilla se usada para evitar la ansiedad, el insomnio, los dolores menstruales y los dolores de cabeza; para calmar el revestimiento del estómago; para ayudar a los bebés con cólicos; e incluso se sabe que vino al rescate de otras plantas enfermas en un jardín cuando se trasplantó de la naturaleza, por eso y más éste platillo puede resultar muy benéfico y poder tener en un frasco de cristal en tu refrigerador un poco siempre puede resultar de gran ayuda.
Harina de avena de manzanilla
Ingredientes
- 5 tazas de agua o leche vegetal
- 3 tazas de avena integral, más una cucharada extra
- 1 Ramo de manzanilla silvestre o 3 cucharadas de manzanilla seca (puede cortarlo de una bolsita de té)
- 1 cucharada de jarabe de arce
- 1/2 scoop o 1 scoop de Falcon Protein (Depende de tu necesidad de ingesta proteica)
Método
- Lentamente, hierve el líquido de tu elección en la estufa, luego bajar la temperatura a fuego lento.
- Agregar la avena, las hojas y flores de manzanilla frescas o secas.
- Cocinar a fuego lento durante menos de 7 minutos: aquí es donde entran las preferencias. Dependiendo de tu gusto puedes hervir mucho el líquido para que la planta esté muy suave o más dura. Durante el último minuto de hervir a fuego lento, agregar una cucharada colmada de avena y mezclar todo el tiempo. Me encanta la variación en la textura que esto proporciona. Cubrir con flores de manzanilla trituradas y con jarabe de arce como topping. Los complementos opcionales incluyen azúcar mascabado, mantequilla de maní, arándanos secos silvestres o leche fría de origen vegetal.
NOTA: La proporción de líquido a avena es de aproximadamente 2: 1, pero puedes experimentar con las proporciones. Para una versión más gruesa y consistente, mantener la relación 2: 1, pero para obtener un resultado de textura más suave y húmeda, agregue líquido para obtener una proporción de 3: 1. Comenzar con tu líquido de elección.
También puedes agregar la proteína en polvo en la avena preferentemente ya que la serviste en el plato no antes y ahí mismo mezclarla, le tendrás que agregar más líquido ya que la proteína en polvo dará espesor a la textura de tu avena.
- Wang, Y., Tang, H., Nicholson, J. K., Hylands, P. J., Sampson, J., & Holmes, E. (2005). A metabonomic strategy for the detection of the metabolic effects of chamomile (Matricaria recutita L.) ingestion. Journal of agricultural and food chemistry, 53(2), 191-196.
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